Los mejores tenistas ecuatorianos de la historia: leyendas que llevaron al país a la élite del tenis mundial

Wosti por Wosti -

Ecuador, un país más conocido por su pasión futbolera y su geografía diversa, también tiene una rica historia en el tenis internacional. Aunque no es un deporte masivo en el país, algunos tenistas ecuatorianos lograron lo que pocos imaginaron: levantar trofeos de Grand Slam, ubicarse entre los mejores del mundo y representar al país con orgullo en las canchas más prestigiosas.

Desde los años 70 hasta la actualidad, varias figuras han dejado una huella imborrable en la historia del tenis ecuatoriano. A continuación, repasamos a los más grandes exponentes de este deporte en el país, sus logros más destacados y el legado que dejaron para las futuras generaciones.

 

1. Andrés Gómez: el campeón de Roland Garros

Cuando se habla del tenis ecuatoriano, un nombre resalta sobre todos los demás: Andrés Gómez Santos. Nacido en Guayaquil en 1960, Gómez es, sin duda, el mejor tenista ecuatoriano de todos los tiempos y una leyenda del deporte sudamericano.

Su momento más glorioso llegó en 1990, cuando se consagró campeón de Roland Garros, uno de los cuatro torneos del Grand Slam, al derrotar en la final al estadounidense Andre Agassi en cuatro sets (6-3, 2-6, 6-4, 6-4). Ese título lo convirtió en el primer y único ecuatoriano, hasta la fecha, en ganar un Grand Slam en la modalidad individual.

Pero su carrera no se resume solo a ese logro. Gómez también brilló en dobles, alcanzando el número uno del mundo en 1986 y ganando títulos importantes como el US Open (1986) junto al chileno Hans Gildemeister. En total, conquistó 21 títulos en singles y 33 en dobles.

Además, representó a Ecuador en la Copa Davis durante más de una década, ayudando al país a competir frente a potencias como Estados Unidos, Suecia y España. Su elegancia en la cancha, su potente zurda y su inteligencia táctica lo convirtieron en un referente mundial y en el tenista más exitoso en la historia del Ecuador.

 

2. Nicolás Lapentti: talento, garra y constancia

El siguiente gran nombre en la lista es Nicolás Lapentti Gómez, sobrino de Andrés Gómez y nacido también en Guayaquil, en 1976. Con una carrera marcada por su consistencia, técnica y espíritu de lucha, Lapentti fue el jugador ecuatoriano que más tiempo se mantuvo en la élite del tenis mundial durante los años 90 y 2000.

En 1999 alcanzó su mejor ranking histórico, ubicándose en el puesto número 6 del mundo, una hazaña impresionante considerando el nivel de competencia de esa época. Ese mismo año llegó a las semifinales del Abierto de Australia, cayendo ante el estadounidense Thomas Enqvist después de una brillante actuación.

Lapentti ganó cinco títulos ATP en individuales y representó al Ecuador en la Copa Davis durante casi dos décadas, siendo uno de los pilares del equipo. Su entrega en cada partido y su carisma lo convirtieron en uno de los deportistas más queridos del país.

Además, fue un embajador del tenis ecuatoriano, impulsando torneos juveniles y actividades para promover el deporte. Su profesionalismo y ejemplo inspiraron a toda una generación que creció soñando con seguir sus pasos.

 

3. Raúl Viver: el estratega del tenis ecuatoriano

Otro nombre clave en la historia del tenis nacional es el de Raúl Viver, nacido en 1961 en Guayaquil. Aunque no alcanzó los títulos de Gómez o Lapentti, su trayectoria fue fundamental para el desarrollo del tenis ecuatoriano, tanto como jugador como capitán del equipo de Copa Davis.

Como tenista profesional, Viver llegó al puesto 94 del ranking ATP en 1988, y ganó múltiples torneos de categoría Challenger y Futures. Pero su mayor legado ha sido como líder y formador. Desde 1990, ha sido capitán del equipo ecuatoriano de Copa Davis, guiando a diferentes generaciones de jugadores y manteniendo al país competitivo en el circuito internacional.

Su trabajo constante, conocimiento táctico y compromiso con el tenis han hecho de Raúl Viver una figura esencial para entender la continuidad y el progreso del tenis ecuatoriano a lo largo de las últimas décadas.

 

4. Giovanni Lapentti: la nueva generación

El hermano menor de Nicolás, Giovanni Lapentti, también dejó su huella en el tenis profesional. Nacido en 1983, alcanzó el puesto 110 del ranking mundial y logró varios títulos en torneos Challenger y Futures.

Aunque no tuvo una carrera tan destacada como la de su hermano, Giovanni fue un jugador talentoso que aportó de manera significativa a la Copa Davis representando a Ecuador. Su dedicación y amor por el deporte ayudaron a mantener vivo el espíritu competitivo del tenis ecuatoriano en los años 2000.

Actualmente, continúa vinculado al tenis y al deporte en general, promoviendo la práctica de la actividad física y apoyando a jóvenes talentos.

 

5. Ricardo Ycaza: el pionero del tenis moderno ecuatoriano

Antes de la era de Gómez, el tenis ecuatoriano ya contaba con figuras notables, y una de las más recordadas es la de Ricardo Ycaza, nacido en 1958. Ycaza fue una de las primeras grandes promesas del tenis nacional, destacando a nivel juvenil e internacional.

Ganó torneos en el circuito universitario de Estados Unidos y luego representó a Ecuador en la Copa Davis durante más de una década. Además, fue una pieza clave en la formación de las generaciones que lo sucedieron, influyendo directamente en el crecimiento del tenis nacional.

Su dedicación al deporte abrió el camino para que otros jugadores ecuatorianos soñaran con llegar al circuito profesional, convirtiéndose en un auténtico pionero del tenis moderno del país.

 

6. Julio Campozano y Emilio Gómez: el presente del tenis ecuatoriano

En los últimos años, nombres como Julio Campozano y Emilio Gómez (hijo de Andrés Gómez) han mantenido viva la llama del tenis ecuatoriano.

Emilio Gómez, nacido en 1991, ha logrado posicionarse entre los 100 mejores del mundo en 2022, participando en torneos de Grand Slam como el US Open y Roland Garros. Su juego sólido desde el fondo de la cancha y su madurez competitiva reflejan el legado de su padre.

Por su parte, Julio Campozano, nacido en 1986, fue campeón nacional en múltiples ocasiones y representó a Ecuador en la Copa Davis. Aunque no llegó al top 100, su compromiso y liderazgo en la escena local ayudaron a fortalecer el circuito ecuatoriano.

Ambos son ejemplos de perseverancia y continúan inspirando a las nuevas generaciones que buscan mantener a Ecuador en el mapa del tenis mundial.